Schola Palatina: Escuela del Caballero de los libros
Schola
Palatina es el nombre que recibió en el Medievo la academia impulsada
por Carlomagno y dirigida por el más eminente de sus hombres: Alcuino de York.
Esta escuela, constituida por el emperador en el palacio de su capital imperial
(Aquisgrán), renovó de modo excepcional la vida cultural de la Alta Edad Media,
dando lugar a un período de esplendor cultural que se denominó «renacimiento carolingio».
Artífices de tan magnánima obra (el centro educativo más renombrado de su época
y uno de los más reputados de la historia universal), fueron, junto al monarca
franco, una distinguida minoría de eclesiásticos versados en letras sagradas y
profanas de muy diversa procedencia. La Schola
Palatina fue, en última instancia, la genial empresa de Carlomagno en el
orden cultural; una empresa mediante la cual éste se lanzó a restaurar la enseñanza de su época y a elevar
el nivel cultural de sus súbditos.
Además de la escuela, el palacio imperial poseía una fabulosa biblioteca y un scriptorium (cámara habilitada para la copia de manuscritos por monjes escribas). Por otro lado, el sistema docente de la Academia Palatina cimentaba sus enseñanzas en el antiguo curriculum clásico de las artes liberales. Las septem artes, transmitidas a lo largo de la Antigüedad tardía de la mano de autores como Boecio, Casiodoro, San Isidoro de Sevilla o Beda el Venerable, consistían sobre todo en el trivium (gramática, retórica y dialéctica), dentro del cual se cultivaba asimismo el estudio de los clásicos, y el quadrivium (aritmética, geometría, astronomía y música). Con todo, se daba primacía a los textos eclesiásticos sobre las obras paganas, pues al ser la gran empresa educativa carolingia medularmente cristiana, las litterae saeculares debían quedar subordinadas necesariamente a la sapientia divina.
¡Cómo negar por tanto que esta
aspiración de educación universal sea un viejo anhelo cristiano! No hay por qué
ocultarlo. Más aún: este hermoso ideal se convierte en una obligación moral, en
un mandato religioso para todo cristiano, si atendemos a las últimas
indicaciones de Jesús a sus discípulos antes de marchar a la diestra del Padre:
«Id y enseñad a todas las gentes…». Y lo cierto es que pocas veces en la
historia han alcanzado más elevado desempeño estas órdenes del Divino Maestro
que en las universidades medievales. Por eso «en estos últimos días, en que
llegaron ya los tiempos peligrosos descritos por el Apóstol»[1],
apremian más que nunca esta clase de centros de origen cristiano y de segura doctrina.
Pues bien, con la finalidad de educar cristianamente surge esta iniciativa. Así pues, esta Schola Palatina digital, instituida en el sitio web El caballero de los libros, nace, haciendo
honor a la célebre escuela de Carlomagno, con el propósito de enseñar los
rudimentos de la religión y de las ciencias humanas.
Por un lado, para la formación en letras sagradas, lo que haré será indicar los textos fundamentales que se han de cultivar para obtener verdadero provecho en estas áreas del conocimiento, comentando esporádicamente
algunas obras o puntos de las mismas. De otro lado, el cultivo de las letras profanas será sensiblemente diferente, pues aunque señalaré también los libros
que, siempre bajo la luz de la doctrina católica, mejor ofrezcan una visión de
conjunto, las materias serán desarrolladas a modo de lecciones, que, o dictaré
yo, o bien las voces que a mi juicio mejor han tratado el asunto.
En fin, guiándome por la
Ley de la Reforma de la Enseñanza Media de 1938 de Pedro Sainz Rodríguez,
que sin duda señala muy bien los elementos básicos de cultura, he dividido las letras sagradas en un apartado de instrucción religiosa (que comprende el catecismo), el estudio de la Sagrada Biblia, la Historia sagrada, la Historia
de la Iglesia, la Liturgia, la Literatura Espiritual y un último apartado
dedicado a las religiones en general. Por otro lado, las letras profanas, que
serán el adorno de las divinas, discurrirán sobre Filosofía, Política, Ciencia, Historia, Literatura y, finalmente, Cultura Clásica (antiguamente lengua y literatura clásicas, pero que yo reduciré a la
literatura y mitología grecorromanas, introduciendo quizá el estudio del latín
más adelante). Ésta será, en definitiva, la estructura original de la Schola Palatina, escuela que contará con
su debida biblioteca (en la que se cuidará con extremo celo la selección de los
libros) y un scriptorium, pues en la
medida de mis fuerzas yo mismo iré transcribiendo algunas obras antiguas o partes de
las mismas —descatalogadas, agotadas, o directamente imposibles de encontrar,
pero con lecciones sumamente valiosas que no han sido superadas.
Dicho esto, abajo se
muestran los dos itinerarios referidos, que, como es obvio, no pueden
desmembrarse el uno del otro. Y esto es así porque para que el hombre sea
educado en su integridad ha de ser educado intelectual y sobre todo moralmente.
En este sentido, en la medida en que el alma es mucho más valiosa que el
cuerpo, la religión importa mucho más que la erudición humana. De esta manera,
el estudio de las letras sagradas será la primera preocupación del alumno.
Pero antes de dar por acabada la apertura de esta prometedora institución, tendrán que armarse los cimientos con algunos principios básicos de los cuales partir, de tal manera que se entienda en primer lugar 1) por qué es necesaria la
educación, 2) cuáles son sus principios y fundamentos, y 3) cuál su finalidad. Para ello el neófito leerá los siguientes textos; requisito ineludible para entrar en esta actualizada Schola Palatina y por ende para iniciar con buen pie esta apasionante
carrera formativa que es su educación.
LEMA
Cuncti
adsint meritaeque expectent praemia palmae
(Vengan todos aquellos
que por mérito merezcan la mayor recompensa)
DOCUMENTOS
FUNDAMENTALES PARA LA ADMISIÓN EN LA SCHOLA PALATINA
- Carta encíclica Aeterni Patris Filius (sobre la restauración
de la filosofía cristiana) de León XIII, 4 de agosto de 1879.
- Carta encíclica Divini Illius Magistri (sobre la
educación cristiana de la juventud) de Pío XI, 31 de diciembre de 1929.
- Carta encíclica Miranda Prorsus (sobre el cine, la radio
y la televisión) de Pío XII, 8 de septiembre de 1957.
- La educación: Principios y fundamentos, por Marcel Clement.
- La finalidad de la educación,
por Estanislao Cantero.
[1]
León XIII, Aeterni Patris Filius, 11.
NOTA: Pinchar en cada imagen para entrar en su respectivo espacio.
NOTA: Pinchar en cada imagen para entrar en su respectivo espacio.
FORMACIÓN CRISTIANA Y HUMANÍSTICA
1) LETRAS SAGRADAS
2) LETRAS PROFANAS
Comentarios
Publicar un comentario