El gobierno ilegítimo de Pedro Sánchez y la izquierda española


Hace unos días presenciábamos los españoles cómo el poder cambiaba de manos inesperadamente. Una moción de censura triunfal echaba del Gobierno a Mariano Rajoy y en consecuencia al Partido Popular (presunto partido de derecha). El balance de estos hechos es a todas luces terrible.

En primer lugar, Pedro Sánchez, nuevo presidente español, no tiene ningún derecho a formar gobierno. De hecho no tiene otro encargo que convocar elecciones. Sin embargo alargará ese trámite todo lo que pueda, porque aunque en España cunden los miserables, ha quedado claro que la única ambición de Sánchez era trepar hasta el poder, siendo predecible que los españoles castiguen, cuando la ocasión lo permita, su imperdonable atrevimiento (gobernar sin haber sido elegido por quienes en una democracia escogen a sus representantes). Ergo, la democracia ha muerto y Pedro Sánchez no ocupa el poder de modo legítimo.

En segundo lugar, el gobierno de Sánchez es un nuevo Frente Popular, versión actualizada del conglomerado totalitario responsable de la última guerra civil española, compuesto por socialistas, comunistas y separatistas de diverso pelaje (vascos y catalanes desertores). Es decir, un gobierno Frankenstein antiespañol.

En tercer lugar, el responsable último de este estado de cosas no es otro que el anterior presidente de Gobierno: Mariano Rajoy Brey. Inútil, cobarde y traidor, la España de Rajoy es una calamidad y su gestión ha sido pésima. Alumno ejemplar de Zapatero, Rajoy ha continuado durante todos estos años la misma política social y cultural de su antecesor, pudiendo ser el páramo español penoso si no fuera asqueroso. El desafío separatista, por su parte, está más crecido que nunca, y la banda asesina ETA permanece en la sombra y bien implantada en las instituciones vascongadas y navarras. Además, el pueblo español ha cedido su soberanía —¿algún día la tuvo en democracia?—, a un tropel de burócratas sin conciencia al servicio del Nuevo Orden Mundial (la Unión Europea). Pese a todo, el presidente saliente ha recibido presiones difíciles de imaginar y se le ha echado un verdadero pulso, llegando a sufrir acciones de guerra encubierta (incendios de Galicia y atentados contra soldados españoles: murieron dos pilotos de aviones de combate en estas acciones). Lo cual no excusa al presidente, si acaso lo convierte en más repugnante. Tenía que haberse plantado frente a los poderes mundialistas y habernos comunicado su posición a los españoles. Hubiera recibido un respaldo sin precedentes. Pero no hizo nada; ni siquiera dimitir antes de que la moción de censura prosperase. Y ahora, por su culpa, el nuevo Frente Popular ocupa el poder de forma legal pero ilegítima.

Por otro lado, las excusas alegadas por el PSOE para presentar la moción de censura son una broma de muy mal gusto. La única verdad es que han echado del poder al presidente legítimo porque era débil y además idiota. Los socialistas españoles alegaban que ya no se podía soportar más la corrupción del PP. Y es verdad. ¡Pero cómo puede perder alguien de modo tan grosero la vergüenza! El PSOE es el partido más corrupto de la galaxia, y el más criminal de la historia de España también, estando pendiente todavía la sentencia de los famosos ERE y el fraude de los cursos de formación andaluces, donde se han perdido más de mil quinientos millones de euros: vamos, que lo de Bárcenas y compañía es calderilla comparado con lo que estos sin vergüenzas de campeonato han robado estando en el poder. Tan corrupto es el PSOE, de hecho, que la misma palabra corrupción debería provocar entre sus militantes shocks anafilácticos, o al menos los síntomas que sufre el pobre Supermán cuando se acerca a la kriptonita. Asimismo, sus socios en la moción de censura no se quedan cortos, porque los herederos de Jordi Pujol pertenecen al partido más corrupto del sistema solar. Así que no hay manera alguna de justificar la moción de censura que propuso el siniestro Pedro Sánchez en las Cortes españolas hace escasos días. Fue una farsa completa. Y está por tanto en el poder de forma ilegítima.

Conviene recordar ahora algunos acontecimientos claves en la reciente historia de España.

1) La democracia fue impuesta en España a raíz del asesinato del presidente Carrero Blanco. Ese golpe de gracia al Régimen de Franco, que pretendía perpetuarse en la figura de su delfín, fue llevado a cabo por la ETA y la CIA en un trabajo en común llamado Operación Ogro. A esta operación dio luz verde Henry Kissinger después de reunirse con el presidente español ese mismo mes de diciembre. No obstante, era impensable que los españoles votaran en el 78 a partidos de izquierda, pero en cualquier caso el período franquista dio por concluida su carrera en los anales de la historia y España entró en un nuevo régimen político: el democrático.

2) La primera vez que la izquierda española llegó al poder con la democracia fue a raíz del imposible golpe de estado del 23-F. El 23 de febrero de 1981 un grupo de doscientos guardias civiles, encabezados por el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero, invadió el Congreso de los Diputados con la intención de acabar con la democracia. La maniobra era imposible desde su origen, porque el pretendido golpe fue un autogolpe, es decir, una maniobra para fortalecer el sistema democrático. A Tejero le pusieron un cebo, y picó. Cuatro días después, como señaló el historiador Fernando Paz, el pueblo español se echaba a la calle en defensa de «la libertad, la democracia y la Constitución». Un año después de esta falsa bandera, en 1982, llegaba al poder el PSOE bajo la batuta de Felipe González.

3) La segunda vez que la izquierda española llegó al poder con la democracia fue a raíz de los terribles atentados de Atocha, el 11 de marzo de 2004. En este momento se aupó hasta la presidencia del Gobierno el siniestro socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Lo que sabemos a día de hoy de ese crimen infame, que fue una masacre manipulada desde el comienzo, es que fue organizado por varios servicios de inteligencia, con la idea de colocar en el poder a un títere de la masonería que garantizara un cambio radical de acuerdo a la agenda de esta secta secreta; por cierto, secta contraria, a juicio del Papa León XIII, a la justicia y a la moral natural.

4) Finalmente, la tercera vez que la izquierda española ha llegado al poder ha sido a raíz de otro golpe de efecto; mediante una moción de censura consumada con el respaldo de los enemigos de España (separatistas y comunistas). El método en sí mismo no es reprochable. Lo reprochable es que se derroque al gobierno que se considera inconveniente con la ayuda de los enemigos de España y acto seguido no se convoquen elecciones para que sea el «pueblo» el que escoja a sus gobernantes. 

En definitiva, la falta de honradez de la izquierda española es más que evidente. Y eso a mi juicio la convierte en eternamente sospechosa y despreciable.

Ahora bien, ¿qué nos deparará el futuro? No lo sé. Yo no tengo ningún aprecio por la democracia. Lo cual no significa que prefiera las dictaduras. Semejante pensamiento es producto del inmenso analfabetismo vigente en cuestiones políticas, lo cual me ha llevado a plantearme una conferencia para después del verano con la intención de enseñar algunas nociones de esta materia. Lo que sí tengo claro es que ninguna de las alternativas que nos ofrece el sistema es aceptable para los intereses de España.

A mi modo de ver hay dos cuestiones urgentes a resolver en esta venerable patria: una de carácter interna, otra externa. La interna es el problema separatista en varias regiones españolas. La segunda es la pertenencia a la Unión Europea. Sin embargo, para que España vuelva a ser soberana no basta con salir de la Unión Europea y recuperar competencias que jamás debieron haberse cedido; también es preciso saldar la deuda con la banca extranjera anglosionista, y esto son palabras mayores. Luego sería necesario imprimir moneda propia y no depender de ningún banco extranjero. Que nadie se engañe, pues. Los partidos tradicionales están podridos y son irrecuperables —a Dios gracias—, y los demás son disidencia controlada. Lo fue Ciudadanos en su día, lo fue descaradamente Podemos también, y lo es Vox, que aparecerá en los medios de comunicación en las próximas fechas como alternativa a la derecha aturdida y sepultada que deja Rajoy.

Sé que ahora mismo mis palabras son las de Jeremías, verdades predicadas en un desierto que ciegan y trastornan a quienes puedan oírlas por su claridad y magnitud. Pero ése no es mi problema. La realidad es la que es, y no va a cambiar un ápice por más que hunda en tierra su cabeza el avestruz.


Comentarios

  1. Lo de Sánchez es un golpe de estado en toda regla. La izquierda nació golpista y morirá golpista.

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    1. Así lo veo yo también, María. Agradezco que te hayas tomado la molestia de contestar.

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  2. Vamos de cabeza a la Segunda Guerra Civil. Es para lo que ha sido puesto el golpista de Sánchez. Por cierto excelente análisis.

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    1. Gracias por sus palabras. El golpe de Estado es evidente. Sólo una observación, las guerras civiles que hemos padecido en España han sido más de una. Sin tener que remontarnos más allá del siglo XIX, las tres guerras carlistas también fueron fratricidas. Por lo demás, el futuro de España se vislumbra muy negro.

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  3. Soros es quien puso al okupa de la Moncloa para destruir lo que queda de España. Las izquierdas son cizañeras, homicidas y revanchistas. Esto acabará nuevamente en tragedia.

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